La terapia sensoriomotor (TSM)
Especialidad clínica
Especialidad clínica
La sintomatología clínica que provoca la búsqueda de ayuda profesional puede ser muy variada: estados depresivos, ansiedad, fobias, problemas de autoestima, pánico escénico, problemas sociales, entre otros. Todos estos síntomas, independientemente de la carga genética (discutible en cada caso), se fundamentan en la experiencia vital de la persona, situaciones traumáticas, dificultades familiares, circunstancias que no permitieron que alguna parte de nuestro carácter se desarrollara y, en su lugar, se crearon defensas que después son problemáticas. Es decir, hemos de ir a la experiencia que forma parte de la persona para entender cómo se ha construido el síntoma y qué función tiene.
La experiencia humana está constituida por diferentes modalidades sensoriales (imágenes, sonidos, olores, sabores, sensaciones físicas) y para tendencias procedimentales corporales (salir corriendo, bloquearse, agredir,…) emociones (miedo, rabia, alegría, impotencia, pánico…) y cogniciones (pensamientos, creencias). Todo ello cada día cuenta con más investigación neurocientífica, y así se va comprendiendo cómo el cerebro registra estas experiencias vitales negativas y cómo a veces han quedado atrapadas, pendientes de digerir, de procesar. En el Instituto de Psicología Espasa nos hemos especializado en técnicas que incorporan estos avances para abordar los problemas de nuestros pacientes. La TSM es una de estas técnicas.
La TSM trabaja con elementos sensoriales, cognitivos, emocionales e intervenciones físicas que conectan con las memorias implícitas y los efectos neurobiológicos del trauma o cuando no hay trauma, la herida del ciclo vital con que se conecta el síntoma. Se utiliza la experiencia corporal como puerta de entrada para tratar el problema motivo de consulta. Se estudia cómo procesa el cuerpo la información y su interrelación con la emoción y el significado cognitivo que se le atribuye.
Los elementos que se estudian de la experiencia del paciente son:
La mayor parte del comportamiento humano, esté sano o patológico, se fundamenta en hábitos automáticos. La mayoría de las cosas que hacemos, no las tenemos que pensar. Los síntomas psicopatológicos también aparecen automáticamente. Estas memorias pueden ser patrones adquiridos en el tiempo; patrones de respuesta del sistema nervioso autónomo, hábitos físicos y posturales, tendencias afectivas y esquemas corporales.
«Los pacientes traumatizados continúan la acción o mejor dicho, el intento de la acción, que comenzó cuando se produjeron los hechos y se agotan con intentos perpetuos» Janet
En la TSM se enseña al paciente a estudiar la interacción de emociones, pensamientos, sensaciones corporales internas y movimiento; a inhibir tendencias de acción procedimentales relacionadas con el trauma y ejecutar nuevas acciones físicas, recursos somáticos, respuestas adaptativas defensivas y habilidades autorreguladoras. Al cambiar un tipo de acciones por otras más positivas, los problemas motivo de consulta se van resolviendo. Y cambian las emociones, las cogniciones que las acompañan.
En cuanto a la atención a adultos, estamos especializados en psicopatología como la ansiedad, la depresión, las fobias, los cuadros de estrés, entre otros y, sobre todo, el tratamiento de las consecuencias del trauma psicológico.
Foto de Greno89