¿Te podemos ayudar?
Te ayudamos a afrontar el impacto emocional de la enfermedad y del tratamiento para mejorar la calidad de vida. Y todo lo que minimice el sufrimiento.
Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer, se encuentra en una situación totalmente nueva, inesperada, que provoca un grado importante de incertidumbre sobre el futuro. Desgraciadamente, el cáncer tiene una gran incidencia en la población, lo que facilita que cualquier persona pueda tener experiencia de haber visto o sufrido muy de cerca esta enfermedad en un familiar, amigo, vecino…Estas mismas experiencias pueden añadir un grado importante de angustia.
Muchas preguntas, pocas respuestas. Además, lo que implica la enfermedad y el tratamiento es una ruptura biográfica. La persona puede sufrir importantes cambios en el entorno laboral, familiar, biológico, psicológico mientras dure el tratamiento o incluso después.
La psicooncología es la especialidad dentro de la psicología de la salud que se ocupa de atender a los pacientes afectados por cáncer y a sus familias. Estudia las relaciones entre variables biopsicosociales, el inicio y la progresión de la enfermedad oncológica. En todo momento y en cada fase de la enfermedad, los estresores pueden ser diferentes y totalmente únicos para cada persona y familia, y desde la psicooncología, se ayuda a afrontar el impacto emocional de la enfermedad y del tratamiento para mejorar la calidad de vida. Y todo lo que minimice el sufrimiento.
Según varios estudios, alrededor de un 30-40% de los pacientes que sufren cáncer tienen problemas psicopatológicos; los más frecuentes son cuadros de ansiedad y de depresión y trastornos adaptativos en los que podemos encontrar tanto sintomatología ansiosa como depresiva.
También es muy común los problemas en el entorno familiar como las dificultades de comunicación y de pareja, dificultades sexuales, problemas de autoestima y de autoimagen, entre otros. El ajuste a la enfermedad estará muy condicionado, no solo por el tipo de enfermedad y de la agresividad del tratamiento, sino también por la situación personal y familiar previa al diagnóstico.
La familia, especialmente el cuidador principal del paciente también puede tener un grado de sufrimiento clínicamente significativo e incertidumbre a la hora de entender y acompañar los diferentes estados emocionales que se pueden ir presentando y cómo comunicarse abiertamente sobre aspectos delicados que pueden poner sobre la mesa la enfermedad y el tratamiento. El papel de la familia es importante, dado que un buen apoyo familiar ayuda mucho a una buena adaptación al hecho de estar enfermo.
Es bueno que los familiares estén informados de qué esperar en estas situaciones y cómo manejar emocionalmente los momentos difíciles.
Por otro lado, también hay que cuidar de los familiares, pues en situaciones muy estresantes o procesos mórbidos muy largos las personas se agotan y también pueden aparecer cuadros de ansiedad o depresivos que necesiten tratamiento profesional.
La mayoría de personas que sufren cáncer no necesitan ayuda profesional, lo que no quita que sufran momentos de mucha presión emocional, y tener habilidades y mayor conocimiento sobre cómo manejar situaciones difíciles, siempre ayudará. Pero como decíamos, entre el 30-40% presentan cuadros psicopatológicos que sí necesitarán tratamiento.
Las reacciones normales a las diferentes noticias, tipos de tratamientos, cambios biográficos, etc. pueden ser de lloros, tristeza, rabia, angustia, búsqueda de información, negación…. Estas reacciones son normales y necesarias para ir digiriendo todo lo que está pasando.
Los elementos clave para diferenciar una reacción normal de una que no lo es son la INTENSIDAD de las reacciones, su DURACIÓN y FRECUENCIA.
Las reacciones cuando son demasiado intensas, ocupan mucha parte del día de la persona o se producen muy a menudo, impidiendo continuar disfrutando de lo que es importante para la persona y que aún tiene a su alcance. Entonces es cuando hay que buscar un profesional.
Te ayudamos a afrontar el impacto emocional de la enfermedad y del tratamiento para mejorar la calidad de vida. Y todo lo que minimice el sufrimiento.